Capítulo 126: Un adiós distinto

La mañana amaneció tranquila, con el cielo despejado y el aire limpio después de la lluvia. En la cocina, el olor a café recién hecho llenaba el ambiente. Aurora estaba en mis brazos, apoyada contra mi pecho, medio dormida todavía, con esa respiración irregular de los bebés que sueñan sin saber de q...

Inicia sesión y continúa leyendo