Capítulo 128: Ecos nuevos

El sol de la mañana se colaba entre las cortinas como un recordatorio amable de que el mundo seguía en marcha. La casa olía a café recién hecho y pan tostado. Aurora jugaba en su manta, golpeando un sonajero con esa determinación que parecía venirle de fábrica. Mamá regaba las plantas del ventanal, ...

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