Capítulo 136: No ir a la boca del lobo

El sonido de la puerta de la oficina volviendo a cerrarse, esta vez desde afuera, fue menos un sonido y más un eco en mi alma. El “clic” final había sido el de mi quiebre interno, seguido de una mentira blanca y firme que ahora sostenía mi mundo de papel: “Todo bien. Podemos seguir trabajando.”

La r...

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