Capítulo 164: La Huida

Salí de ese despacho como quien atraviesa la puerta equivocada del infierno. No caminé; floté, apenas sintiendo el suelo bajo mis pies. El aire frío del pasillo fue un golpe que me devolvió al cuerpo, pero no al control. Seguía temblando, con la garganta apretada y la mente hecha pedazos. El sonido ...

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