Capítulo 21: el alma del lobo herido

El peso inerte de Dimitri en mis brazos era un recordatorio crudo de la batalla. Cada fibra de su cuerpo estaba marcada por la violencia de su hermano, y aunque su pecho subía y bajaba débilmente, el miedo se me enredaba en la garganta como un nudo imposible de romper. Mi corazón latía con una fu...

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