Capítulo 25: el último aullido

La luna llena colgaba como una moneda de plata sobre la mansión, bañando los terrenos en un resplandor fantasmal. Corrí con la velocidad que mi lobo interior me otorgaba, el viento helado aullando en mis oídos. Dejé a Dimitri atrás, su rostro una máscara de dolor y orgullo. Él había cedido, acept...

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