Capítulo 28: la sombra del gemelo y la promesa de un alfa

El presagio del hombre, el cachorro de ojos de hielo, era una visión que me perseguía. La idea de que el relicario, mi poder, mi esencia, estaba dividido, era un golpe más duro que cualquier puñetazo. No éramos dos almas, sino dos mitades. Y la otra mitad, era mi hermano, el lobo que quería matar...

Inicia sesión y continúa leyendo