Capítulo 29: el dilema de la reina

El viento se detuvo, el aire se volvió pesado, como si la luna misma contuviera el aliento. Caleb, con su sonrisa triunfante, me miraba fijamente, esperando mi respuesta. A su lado, el hombre de ojos de hielo, el portador del futuro, me ofrecía una sonrisa enigmática. Detrás de ellos, la manada d...

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