Capitulo 39: el lazo Escarlata y el hielo de la duda

El caos se había retirado, dejando tras de sí un silencio roto solo por los gemidos de los heridos y el crujido de la madera rota. El aire olía a pólvora, a sangre y a la magia quemada. Yo estaba de rodillas, con los dedos manchados de la sangre que fluía de la marca del relicario. Ya no era el p...

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