Capítulo 47: El Eco del Silencio y la Grieta en el Hielo

El aullido desesperado de Dimitri se extinguió en la inmensidad gélida, dejando un vacío que el frío parecía querer llenar. Me quedé en el lecho de pieles, temblando, no por la temperatura del Santuario Gélido, sino por el dolor sordo de mi Vínculo silenciado. La elección de permanecer en silenci...

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