Capítulo 5: el primer aullido

El aire se hizo denso, cargado de la tensión del momento. Dimitri me sostenía, su mirada me desnudaba más que su tacto, y yo me sentía como una hoja a merced del viento, a punto de ser arrastrada por su tormenta.

—¿El relicario de tu familia? —susurré, sintiendo un escalofrío.

—Sí —dijo, su voz r...

Inicia sesión y continúa leyendo