Capítulo 50: Ecos del Pasado y el Secreto de la Cueva

El aire de la cueva era frío y estático, con el olor a roca húmeda y a magia dormida. Me levanté, mi cuerpo temblaba por el agotamiento y la conmoción. Había escapado del Consejo, de Caleb, y del presente. Estaba sola, pero la Semilla en mi vientre era un recordatorio palpitante de la vida por la...

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