Capítulo 6: la jaula dorada

El despertar no fue un suave regreso a la conciencia, sino una brusca colisión con la realidad. La luz del sol se colaba por las enormes ventanas, iluminando cada rincón de la habitación. Me desperté, mi cuerpo entumecido, y me encontré en la cama, sola. La ausencia de Dimitri era un eco frío en ...

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