Capítulo 7: el pacto roto y la promesa de un alfa

El relicario brillaba en la palma de mi mano, una sortija con una gema roja que parecía palpitar con vida. Era real. Y ahora, tenía la llave de mi libertad, y la de mi hermana. Miré a Dimitri, y en sus ojos, vi una mezcla de admiración y posesión. Sabía que se lo daría a su padre, y que mi destin...

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