Capítulo veinticuatro

Me despierto con una extraña sensación, siento mi cuerpo temblar, mi piel ardiendo como si tuviera fiebre. Me levanto, lo atribuyo a un sueño que no puedo recordar, y sigo con mi rutina matutina como de costumbre. Tomo la misma ruta de siempre y llego al edificio Moser. Hay un murmullo en el vestíbu...

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