Capítulo sesenta y cuatro

Un nuevo amanecer se asomó sobre Eldridge con un brillo suave que desmentía la tormenta de incertidumbre que se arremolinaba bajo la superficie del reino. En el frío de la mañana, las paredes del palacio temblaban como si susurraran los secretos de la noche pasada. El rey Nikolas despertó no con los...

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