Capítulo 37

Me desperté en una casa vacía. Eso parecía ser una constante después de cada cálido momento de medianoche, me despertaba sola.

—Dejé algo de desayuno en el microondas.

—Buenos días.

—Buenos días, Annette.

Bajé las escaleras y me dirigí a la fría cocina, abriendo el microondas. Salchichas y huev...