CONVIVENCIA

Capítulo 30

El tirón de mi cabello fue tan brusco que apenas pude contener un grito. Sentí el filo helado de una daga rozando la piel de mi cuello, y el temblor de mis manos se volvió imposible de ocultar. Maritza tenía los ojos desbordados de rabia. Ya no era solo una loba celosa. Era un huracán a...

Inicia sesión y continúa leyendo