Capítulo 28: Placer amargo

La tensión era palpable entre ellos dos. La mirada de Alessandro lo analizaba con intensidad y fiereza, afilada, dando a entender que la pregunta iba en serio y que no estaba de humor para bromas.

—¿Qué? ¿Desde cuándo eres el protector de las mujeres omegas? —se burló, lo que aumentó la ira en Ales...