Treinta y cinco

—Muñeca, ¿eres feliz?

—Claro que sí. ¿Por qué lo preguntas?

—Es que pareces más feliz últimamente y no quería asumir nada. ¿Está sonrojado? Oh, eso es demasiado lindo. Sonrío y seguimos caminando.

—Bueno, asumiste correctamente, cariño. Estoy muy feliz. Creo que nunca superaremos completamente la...

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