Capítulo 29

Mis ojos se abren lentamente, no sé en qué momento me quedaré dormida. Por las ventanas aun no se filtra el sol, así que deduzco que aún es de noche o tal vez de madrugada. Los brazos de Joseph rodean mi cuerpo. Mi cabeza esta apoyada sobre el pecho varonil y fornido de él. Puedo escuchar su respira...