Capítulo 46

Se estiró hacia la mesa de noche y sacó un pequeño paquete dorado. Lo miré, mi corazón latía con fuerza. Antes de que pudiera abrirlo, tomé su mano, la acerqué a mis labios y la besé con dulzura. Luego, me acerqué hasta su oído y con la voz temblorosa de deseo, murmuré:

—Te quiero sentir así…

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