Capítulo 52

—¡Álex! —grité al sentir cómo mi cuerpo se desplomaba bajo la intensidad del orgasmo.

Caí de rodillas al suelo, jadeando por el placer. Sentí la humedad escurrirse entre mis piernas mientras él me observaba con satisfacción, sus dedos brillaban con los restos de mi placer. Lo miré y casi gemí al ve...