Capítulo 49

Mis ojos se abren de par en par y trato de salir del baño, pero Bryan me agarra del brazo.

—¿Qué demonios te pasa? —pregunto—. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me seguiste, Bryan?

—Porque quise —responde con indiferencia, aún sujetándome.

—¡Déjame en paz, Bryan! Ni siquiera fuiste invitado a esta fiesta...

Inicia sesión y continúa leyendo