Una mente Maquiavélica

Ivonne Coleman fumaba tranquilamente un cigarrillo que sostenía lánguidamente en sus blancas manos. Estaba sentada en la salita de estar del segundo piso de la elegante mansión Hamilton, era un lugar donde se sentía tranquila porque nadie venía hasta allí a menos que se le llamara.

Ni siquiera su e...