AJA

—¡Maldita perra! ¡Ven aquí! Sé lo que quieres— rugió él.

—¡No, por favor! ¡Para! ¡No, quítate de encima!— gritó ella.

PLAF —¡Cállate, zorra!— dijo él.

—¡NOOOOO!— gritó ella mientras sollozaba —¡Por favor, para!—. Aja se incorporó en la cama jadeando, podía sentir su corazón latiendo con fuerza en...

Inicia sesión y continúa leyendo