Episodio cinco

Punto de vista de Chloe

Nunca había visto a un hombre tan guapo como él, ni siquiera cuando estaba en Londres; su apariencia es la de un semidiós o un dios griego. Estaba tan perdida mirándolo, desde su cabello negro y rizado, engominado y brillante, sus ojos grises y su rostro apuesto. Se ve extremadamente atractivo, sexy y elegante.

—Bienvenida, señorita Chloe—dijo. Su voz era firme pero sexy, calmada y varonil.

—Gracias—respondí educadamente y me acerqué a él, quedando a solo tres pulgadas de distancia, inhalando su colonia y mirándolo muy de cerca.

—¿De verdad? ¿Él va a ser mi esposo pronto?—exclamé.

—Lamento no haber podido darte la bienvenida como se debe debido a mi condición—dijo con calma. En ese momento recordé que es ciego.

—¿En qué me ha metido papá?—pensé.

—No es...—estaba a punto de decir cuando me distrajo la voz de un hombre desde atrás.

—Por fin está aquí, bienvenida, señorita Chloe—dijo la voz, haciéndome girar para ver quién era.

Era un joven bien vestido y elegante como Brian, caminando hacia nosotros con una amplia sonrisa.

—Él es Aaron, mi hermano—dijo Brian, despejando la duda de mi cabeza.

—Así es, soy Aaron Lincoln—dijo el hombre llamado Aaron y se acercó a nosotros, extendiendo su mano para un apretón de manos.

—Chloe West—respondí aceptando el apretón de manos.

—Un nombre dulce para un ángel hermoso—añadió sonriendo.

—Gracias—respondí y solté mi mano de la suya.

—Ya basta, Aaron—dijo Brian. —Por aquí, Chloe—añadió mientras nos dirigíamos a la mesa central.

—Aaron, ayúdame a sacar una silla para ella—dijo Brian con tristeza en sus palabras. Estoy segura de que no está contento con su situación; debería haber sido él quien sacara la silla para mí, pero debido a su vista no pudo, realmente siento su dolor.

—Claro, hermano—respondió Aaron y sacó la silla.

—Gracias—dije y me senté, observando cómo Aaron ayudaba a Brian a sentarse también.

—¡Dios mío! ¿Por qué yo? Esto significa que cuando me case con él, seré yo quien haga todas estas cosas—me pregunté a mí misma, casi entrando en pánico.

—Los dejaré para que disfruten conociéndose—dijo Aaron y continuó—. Amigo, ¿estás cómodo?—añadió refiriéndose a Brian.

—Estaré bien, hermano, no te preocupes por mí—respondió con una ligera sonrisa.

—Se ve súper lindo cuando sonríe—pensé, pero rápidamente descarté el pensamiento de mi cabeza.

—No puedes enamorarte de nuevo de ningún hombre para no lastimarte ni romperte el corazón otra vez—dije en silencio y en un susurro para mí misma.

—Bien entonces, disfrute su noche, señorita Chloe—dijo Aaron y asentí con una cálida sonrisa mientras se alejaba, dejándonos solos a mi prometido ciego y a mí.

Punto de vista de Brian

Aaron y yo llegamos al restaurante donde reservé la cena para Chloe y para mí. Eran las 7 pm y aún no había señales de ella en ningún lado.

Entramos en el asiento reservado VVIP que había reservado para la noche y les pedí que hicieran algunas decoraciones con algunos vocalistas para hacer la cena memorable para nosotros.

Volví a mirar mi reloj de pulsera para ver que eran las 7:15 pm y aún no había señales de ella en ningún lado. Le había enviado el nombre del restaurante, así que no había manera de que se confundiera, a menos que todavía no aprobara completamente mi propuesta, lo cual puedo entender. Ninguna mujer querría casarse, ni siquiera voluntariamente, con un hombre ciego.

Aaron ya se había excusado para ir al baño, dejándome solo a unos pocos centímetros de donde ella iba a entrar. Había hecho todo perfecto para la noche; en cuanto ella entrara, los vocalistas comenzarían a tocar una música romántica y, cuando se acercara a mí, alguien dejaría caer pétalos de rosa sobre ella con la luz tenue y nuestra mesa de cena en el centro.

Estaba perdido en mis pensamientos cuando escuché la música romántica, volviendo a la realidad. Miré directamente y sus ojos se encontraron con los míos, finalmente estaba aquí. Se veía extraordinariamente deslumbrante, elegante, hermosa y, sobre todo, sexy con el vestido azul. Estaba a punto de acercarse a mí cuando los pétalos de rosa cayeron sobre ella y la luz se encendió, haciendo la escena impresionante y romántica.

Finalmente llegó a mi lugar y su perfume seguía haciéndome amarla más. La saludé, a lo que ella respondió casi de inmediato.

—Cuánto extrañaba su maravillosa y dulce voz angelical—pensé, sintiéndome satisfecho a diferencia de antes.

Hasta que Aaron tuvo que interrumpir, y así fue como lo presenté a ella, pero él aún se presentó de nuevo como un caballero. Ojalá pudiera ser yo quien hiciera eso por ella, pero un acto es un acto. Cuando Aaron terminó de sacar una silla para ella en nuestra mesa, vino hacia mí para ayudarme como si fuera ciego y luego se excusó para dejarnos disfrutar de nuestra cena o, más bien, una cita para conocernos mejor.

Los platos ya estaban servidos y bien presentados. —Bon appétit—dije con una sonrisa y comenzamos a comer.

Necesitaba mantener la conversación, —Uhmm... así que estoy seguro de que sabes que soy ciego y ¿aún sientes que quieres seguir con la boda, sabes?—pregunté queriendo saber su motivo para aceptar casarse conmigo.

—No lo sé, pero como es el deseo de mi padre, tuve que aceptar—respondió.

—¿Y aún lo aceptas cuando podrías simplemente decirle a tu padre que no puedes seguir con esto, lo cual realmente entiendo, ninguna mujer querría casarse con un hombre ciego?—dije y tomé un bocado de pastel de carne, esperando escuchar su respuesta honesta.

—Bueno, para ser franca, al principio estaba en contra porque no planeaba casarme ni nada después de una mala experiencia que pasé, pero después de verlo de manera sensata, decidí aceptar y aquí estamos, cenando juntos para llevarnos bien—dijo con una risa amarga.

—Lo entiendo ahora—respondí sintiéndome profundamente herido, pero no lo mostré.

Con esas palabras entendí claramente todo sobre por qué aceptó seguir con esto; primero, su padre la presionó y, por último, ella quiere seguir adelante para olvidar su dolorosa relación con el bastardo que no sabe cómo tratar y valorar a una mujer.

Y con eso dicho, ni ella ni yo dijimos una palabra más y el resto de la cena transcurrió en silencio.