Capítulo 36

—Creo que debería irme —me sonrió, sus grandes ojos brillando de emoción. Asentí—. Creo que deberías.

Estaba sonriendo como un idiota, me toqué la cara y la sentí caliente por la emoción, el beso y lo guapo que se veía en todo esto, era demasiado para asimilar de una vez. Él se despidió con la mano...