33

El sueño me eludía. Me revolvía en la cama, con el corazón latiendo tan fuerte que ahogaba el silencio. Mis pensamientos no dejaban de dar vueltas, repasando cada palabra que le había dicho a Hadrian. ¿Por qué mi pregunta lo había enfadado tanto? Y, más importante aún, ¿seguía molesto? Esperaba que ...

Inicia sesión y continúa leyendo