79

Hadrian sostuvo mi mano con firmeza mientras regresábamos al castillo. Su silencio era pesado, su mirada distante, perdida en pensamientos. Cada vez que nuestros ojos se encontraban, le ofrecía una sonrisa, y aunque él la devolvía fugazmente, estaba claro que su mente estaba en otra parte. Una sensa...

Inicia sesión y continúa leyendo