90

Me quedé congelada en el umbral de mi habitación, incapaz de moverme. Los gritos angustiados de Keziah resonaban por el pasillo mientras los guardias la arrastraban. Solo cuando sus pasos se desvanecieron en la distancia miré mi puño cerrado, mis uñas presionando la carne de mi palma, la sangre acum...

Inicia sesión y continúa leyendo