Capítulo 37

Giré mi rostro hacia él y vi que estaba mirando fijamente hacia algún punto frente a él, con la mandíbula tensa y las venas del cuello ligeramente abultadas. Sus manos agarraban el volante con una fuerza peligrosa, lo que solo hacía que su enojo fuera más visible. Parecía que realmente había logrado...

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