Oyendo voces

Al llegar a la casa hogar, sin siquiera avisar de mi prolongada visita, mi madre fue la única que me recibió, un poco sorprendida de tenerme allí en febrero.

Todo lo contrario a mis hermanos, que gritaron encantados.

Me abrazaron y escucharon fascinados sobre quedarme allí unos meses sin motivo ap...