Un monstruo y una traidora

Jack se mordió los labios. Parecía nervioso.

Se pasó una de sus manos por su cabello y tragó saliva.

Finalmente, tras debatirse unos segundos, se despojó de sus ropas con sus manos temblorosas, me tomó con firmeza de los tobillos para obligarme a abrir las piernas en todo su esplendor, dejándole v...