Amargas sospechas

Vagué junto a Lucila sin despegar nuestros labios, en dirección al parque alejado del hospital.

La verdad, agradecía el silencio que nos rodeaba, me ayudaba a pensar con claridad lo que había ocurrido y ella parecía no molestarle el que estuviera tan callada.

Parecía comprender, a pesar de su cort...