Noticia devastadora

Sin embargo, su teléfono celular comenzó a sonar estruendosamente en el bolsillo de su chaqueta, obligándome a quedarme callada.

Este lo sacó de mala gana porque había tenido que alejar sus manos de mi cuerpo, en ese momento sentí las lágrimas caer por mis mejillas y rápidamente sin que él lo notar...