Capítulo 50

Gianna reposó su cabeza en el pecho de Enzo, mientras sus dedos acariciaban su duro abdomen. La noche era demasiado perfecta como para pensar en alguna cosa mientras sus cuerpos entraban en calor., junto al sonido de las llamas que se consumían muy cerca de ellos en la chimenea.

Ella todavía no salí...