84, dientes

Antes de darme cuenta, Nash estaba de vuelta y lanzó una caja de condones en la mesita de noche.

—No quiero interrumpir algo si necesitamos más, estoy apuntando a al menos tres —me dijo con una sonrisa mientras me jalaba hacia sus brazos.

—Ambicioso, me gusta. Retomamos donde lo dejamos y la sensa...

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