Capítulo diez (continuación)

—¿¡NOVIA!?

Giré la cabeza tan rápido que casi me doy un latigazo cervical. —¿N-n-n-novia?— tartamudeé. ¿Era yo el único que no tenía idea de lo que estaba pasando? Todos se rieron de mi reacción. La ira comenzó a hervir lentamente en mi pecho. Nunca soy el último en enterarme de nada, y sin embargo...