Capítulo 10. Una especificación

Madison

La alarma suena, me levanto como un resorte en medio de mi cama y con los ojos cerrados, no recuerdo en qué momento me he quedado dormida. Me paso ambas manos para masajear mi rostro, tallar mis ojos y despertar. Abro un ojo y lanzo una mirada adormilada a mi reloj de la mesa de noche: 3:45...