GTFO

—¿Señorita Holt?

Me giré hacia él, sin entender del todo de qué se trataba el alboroto. Sus labios se movían, pero no podía entender las palabras que salían de su boca. Por alguna razón, mi cuerpo se sentía pesado y había una intensa languidez escondida bajo mis huesos. Mis manos estaban congeladas...

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