Maktub II

Sus manos se aferran a mi camisa y las contracciones la hacen llorar, los pujos aumentan y sus rodillas se doblan, exigiendo la apertura a sus piernas que ella no da. La acomodo tendida en un suelo que no merece presenciar el milagro que viene.

- Valeria, a mi lado estarán a salvó y seremos la ...