Depresión omega

Dominic se detuvo al lado de la cama de Aidan y tomó su mano suavemente, vacilando si era correcto tocarlo. Uno de sus dedos rezó la herida de sus labios y no pudo evitar temblar. Sus ojos se llenaron de lágrimas y solo pudo cubrirse el rostro para intentar quitarlas pero fue inútil. Su pecho estaba...