24 Una familia rota, pero unida

Roan

—¿Qué? —deja de mirar el teléfono y mueve la cabeza a un lado, para mirarme.

—¿Qué hiciste? —agarro el teléfono.

—Nada… —se vuelve a acomodar mirando su teléfono—. Aunque déjame recordar —pensativa entrecierra los ojos.

Llamada.

—¿Armando? —observo a mi hija, quien no me mira y se manti...

Inicia sesión y continúa leyendo