Capítulo once: Me deja sin aliento

Charlotte había huido del castillo. Carnen estaba casi seguro de ello a estas alturas, aunque no se atrevía a decírselo a su padre todavía, ni a dar la alarma. Ni siquiera sabía cómo la maldita dama había logrado desaparecer. Seguramente solo estaba escondida en algún armario o rincón sombrío, sollo...

Inicia sesión y continúa leyendo