Tuyo para siempre

GINGER

El sonido de Astrid gritando mi nombre, junto con el sacudón de mis hombros que hizo que mi cerebro rebotara de un lado a otro, finalmente me despertó del sueño. Mis párpados se levantaron pesadamente, como un escalador de montaña con una sola mano subiendo el precipicio. Aún estaba cansa...

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