Capítulo 10: El Santuario del Silencio

El bosque me tragó entera. Ramas como dedos huesudos arañaban mi rostro y mis brazos mientras corría, impulsada por una marea de adrenalina y terror. El sonido de la batalla se fue atenuando tras de mí, reemplazado por el latido frenético de mi propio corazón y el crujido de las hojas secas bajo mis...

Inicia sesión y continúa leyendo