La Chica del Parque

Las pocas personas que no me estaban mirando en ese momento, clavaron la vista en mí.

—¿Qué? —dije con dureza.

—Y eso nos lleva a la segunda razón de esta reunión: Darío Covas. —Castro miró a todos en la sala antes de que sus ojos se posaran en los míos. Mis puños se tensaron y sentí la sangre subir...

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