Descubierta

—Amaya —dijo Darío con voz grave.

—Perdón, solo estaba trayendo jugo para Daniela.

—¿Todavía está despierta?

—Sí, estábamos viendo una película abajo.

—Mejor solo agua. No necesita más azúcar a esta hora de la noche.

—Por supuesto. Sí, claro. ¿En qué estaba pensando? Me sentí un poco avergonzada por...

Inicia sesión y continúa leyendo