Capítulo 34

Hace una pausa a mitad de camino, sacude la cabeza y su actitud cambia ligeramente. Tose y se golpea el pecho.

—¿Zeke? —pregunto preocupada. Tose de nuevo, pero luego parece recuperarse.

—¿Tal vez deberías acostarte? —le digo, no me gusta lo pálido que se ve.

—Estoy bien. No sé qué me pasó. —Se r...